Quien a dicho que el estilo escandinavo supone paredes blancas y suelos en madera natural. Aquí tenemos un magnífico ejemplo de una vivienda decorada con este estilo donde las paredes se han pintado en gris humo, con preciosas cornisas en blanco y un pavimento de madera oscurecida que da cierto aire señorial sin restar sencillez.
El mobiliario simple, de claro estilo escandinavo, son piezas bien escogidas, sin recargar el espacio. Para la cocina esta misma austeridad, un mobiliario industrial donde se ha optado por pintar el suelo y el techo en un tono gris, con detalle de cornisa y las paredes y carpinterías en color chocolate.
En el dormitorio principal los muebles y el textil se confunden con el gris de las paredes, en contrastando con las cornisas y el techo en blanco.
Para el dormitorio individual un azul claro tanto en mobiliario como para las paredes, se ha creando más intimidad pintado un zócalo hasta dos metros de altura.
Un claro ejemplo de que el estilo escandinavo no tiene por qué ser solo blanco.